Capítulo 6. Lo suficientemente bueno

Emprendimiento

La trampa del perfeccionismo

Hola a todas y bienvenidas a un nuevo episodio de El Paso Más Fácil. Hoy quiero hablar de un tema que afecta a muchísimas emprendedoras: el perfeccionismo. Esa búsqueda incesante de que todo sea perfecto antes de lanzar, compartir o mostrar nuestro trabajo.

¿Te ha pasado alguna vez? Seguro que sí, porque lo cierto es que el perfeccionismo puede ser un bucle interminable.

La verdad es que yo pocas veces caigo en ese círculo, pero cuando caigo, me doy cuenta de lo difícil que es salir. Así que mi propuesta de hoy es que nos olvidemos de buscar la perfección (spoiler: no existe). Mi sugerencia es que «lo suficientemente bueno» es a menudo mejor que buscar la perfección.

Hoy hablaremos de cómo el “lo suficientemente bueno” puede ser una alternativa valiente y práctica hacia el éxito.

¿Te quedas conmigo?

¿Aceptar lo suficientemente bueno significa conformarse?

Pero entonces, Belén, ¿nos estás diciendo que hagamos las cosas reguleras y que no pasa nada? ¿que nos conformemos?

¡Noooo! Antes de seguir, quiero aclarar un punto importante: “lo suficientemente bueno” no significa hacer un trabajo mediocre o cutre. A mí también me gusta hacer las cosas bien y no me gusta nada conformarme, pero he aprendido a reconocer cuándo me he quedado atrapada en el bucle del perfeccionismo.

El perfeccionismo es esa voz que nos hace centrarnos en los detalles más ínfimos y dudar de cada decisión. A veces, esta voz nos lleva a cuestionarnos si el logo debería ser un poco más grande o si el azul debería ser más oscuro. Lo curioso es que, en la mayoría de los casos, estas decisiones no afectan realmente la calidad de lo que hacemos.

Tengo una clienta que se quedó atascada diseñando su propio logo. Se enredó decidiendo entre dos tonos de azul, cuando la realidad es que el logo estaba igual de bien hecho con uno o con el otro un pelín más oscuro.

Esto me lleva a un segundo punto: esa imperfección que tú percibes suele ser invisible para los demás. En mi experiencia trabajando en diseño, he visto a muchas emprendedoras quedarse atascadas en cosas secundarias, o incluso terciarias, cuando lo que realmente importa es que el trabajo esté bien hecho y cumpla con su propósito. Así que, si te descubres ajustando un píxel más aquí o allá, pregúntate: ¿este píxel realmente cambiará el valor de lo que ofrezco? ¿Está el trabajo bien hecho y cumple con su propósito?

Una clienta mía, redactora, siempre se documenta antes de escribir sobre cualquier tema. Pero, de vez en cuando, se encuentra atrapada en este bucle de buscar inspiración y documentarse, y claro, ese trabajo puede no acabar nunca. Empieza a leer y leer, buscar y buscar. Simplemente llega un momento en el que tienes que decir “hasta aquí” y poder avanzar.

Una forma de cortar este bucle es poniéndonos un límite claro: por ejemplo, decir “para esta noche a las 12 habré elegido el tono de azul definitivo y dejaré el otro de lado sin pensar más en él” o “leeré dos artículos más y daré por terminada la fase de documentación.”

El perfeccionismo cuando estás empezando

El perfeccionismo, cuando estás comenzando, es muy poco práctico porque probablemente las cosas no salgan con la calidad que desearías. “Entonces, ¿significa que tengo que conformarme?” No, de ninguna manera. Haz siempre lo mejor que puedas, pero con las herramientas y la experiencia que tienes hoy. Esto es clave: cuando comienzas a hacer algo nuevo, puede que tu mejor versión no sea perfecta, y eso está bien.

Piensa en esto: la primera vez que haces algo, puede ser un ‘5’, pero después de cien intentos, probablemente será un ‘10’. Y lo mejor de todo es que, con el tiempo, hacerlo te costará la mitad de esfuerzo. Por eso, se trata de mejorar con cada paso, en lugar de quedarte esperando a que el primer intento sea perfecto.

La clave aquí es permitirse aprender y mejorar. No tengas miedo de que la primera versión no sea impecable; siempre puedes optimizar sobre la marcha.

El método Lean

Aquí es donde quiero hablarte del método Lean, un enfoque que se basa en empezar en pequeño e ir mejorando progresivamente. Este método, muy popular en el mundo de los negocios y el emprendimiento, se centra en lanzar una versión básica de lo que estás haciendo (ya sea un producto, una web o un servicio en nuestro caso) y mejorarla conforme recibes feedback y ganas experiencia.

Cuando lanzas algo “lo suficientemente bueno”, te das permiso para avanzar en lugar de quedarte atascada en los detalles. Así puedes ajustar lo necesario de acuerdo a los resultados y a la respuesta de tus clientas, sin necesidad de buscar la perfección desde el primer momento.

Este enfoque me parece especialmente útil para quienes están empezando en el mundo online: es preferible empezar con algo pequeño e imperfecto que quedarte estancada esperando a que todo esté perfecto. Lo mismo aplica a cualquier área del emprendimiento.

Conclusión

Para terminar, quiero animarte a que te liberes de esa búsqueda de la perfección que tanto nos frena. En su lugar, adopta esta filosofía de “lo suficientemente bueno”, que te permitirá avanzar y aprender con cada paso. Ya sabes que el verdadero crecimiento llega con la práctica y el tiempo.

Así que, la próxima vez que sientas que algo no es perfecto, pregúntate: ¿esto realmente va a impactar en el valor de lo que ofrezco? Si no es así, ponte un límite claro y sigue adelante; esto permitirá que tu trabajo evolucione de manera natural con el tiempo.

¿Te atreves a buscar “lo suficientemente bueno” en tu vida y en tu negocio?

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