El otro día, estaba en un webinar y una de las asistentes planteó una pregunta que me parece clave: ¿Cuándo debo invertir en una web? La verdad es que esto depende mucho de con quién hables, pero yo tengo una respuesta bastante clara: necesitas una web desde el momento cero en el que empiezas tu proyecto. Y digo «proyecto» porque, al principio, TODAS lo llamamos así, como si la palabra «negocio» nos quedara grande o nos asustara un poco.
Así que amigas, la respuesta corta es: invierte ya.
Tus recursos
Estamos en 2024, no en el año 2000, cuando para hacer una web tenías que contratar a alguien porque era algo súper técnico y te costaba un dineral.
Lo bueno es que hoy en día tenemos muchas opciones y cada una dependerá de los recursos que tengas en este momento porque influyen directamente en el proceso, y con recursos no me refiero solamente a dinero, me refiero a tiempo, dinero, energía, y habilidades para la informática y el diseño.
Primero, el tiempo. Si tienes tiempo para dedicarle a tu web, podrías optar por crearla tú misma, especialmente si tienes interés en aprender a manejar plataformas como WordPress. Pero si, por el contrario, no dispones de mucho tiempo porque estás trabajando a tope en otras áreas de tu negocio o de tu vida, quizás lo mejor sea delegar este proceso para poder enfocarte en lo que realmente necesitas hacer ahora.
Luego está el dinero. Aquí hay un rango muy amplio, y la inversión puede variar mucho según el tipo de web que necesites y el nivel de personalización que busques. Si tienes un presupuesto ajustado, puede ser suficiente con una plantilla bien diseñada y algo de ayuda, o no, para configurarla. Si cuentas con más recursos, una web completamente personalizada puede ser una gran inversión a largo plazo.
Ahora hablemos de la energía. Tener ganas de lanzarte a crear tu propia web o aprender cómo hacerlo es clave. A veces no es solo cuestión de tiempo o dinero, sino de cuánta motivación tienes para dedicarte a esto. Si ahora mismo sientes que no tienes la energía para aprender y hacerlo bien, no pasa nada; quizás sea el momento de pedir ayuda. Como todo en el emprendimiento, hay momentos en los que necesitamos priorizar lo que nos motiva, y delegar lo que no.
La habilidad informática es otro factor. A veces pensamos que plataformas como WordPress son fáciles, pero si no se te da bien la informática, puede resultar un poco más complicado de lo que parece. He conocido a muchas mujeres que se han topado con frustración porque sentían que algo tan sencillo como cambiar una imagen o un color les resultaba un mundo. Así que si te identificas con esto, no te preocupes, siempre hay soluciones para hacer el proceso más fluido.
Y por último, tu habilidad para el diseño. Esto es importante porque aunque hayas elegido una plantilla preciosa, si no tienes un mínimo de gusto estético o no sabes cómo adaptar los elementos visuales de manera armoniosa, puedes acabar destrozando una web que tenía mucho potencial. Créeme, he visto plantillas que, en manos equivocadas, han perdido todo su encanto. Así que, si sientes que el diseño no es lo tuyo, a lo mejor es una buena idea delegar esta parte también, para asegurarte de que el resultado sea profesional y atractivo.
Pero hay algo que quiero dejar muy claro: tener una web cutre no es una opción.
Hoy en día, eso te juega en contra. Hazlo sencillo, pero hazlo bien. Aunque sea una web de una sola página, tiene que verse profesional. Nada de páginas desorganizadas o mal diseñadas.
Tres momentos clave para invertir en una web
Yo veo tres momentos clave en el mundo de la emprendedora:
- Cuando estás comenzando
En esta etapa, no necesitas una web enorme porque probablemente ni siquiera tienes muy claro qué vas a vender exactamente. Lo que sí necesitas es algo que diga: “Hola, soy Fulanita, hago esto, lo hago de esta manera y si quieres saber más, contáctame”.
Para esta fase tienes varias opciones:- Puedes comprar una plantilla de WordPress si tienes ciertas habilidades informáticas y de diseño. Ojo, porque he visto plantillas destrozadas porque no han seguido las líneas de diseño básicas.
- Otra opción, que a mí me encanta, es comprar una plantilla + curso, donde te explicamos qué poner en cada página y cómo hacerlo bien. Además, tener soporte siempre ayuda a que el resultado sea más profesional. Si te interesa, puedes apuntarte en la lista de espera en mi web, bgimeno.com.
- Y por supuesto, siempre puedes delegar todo en una diseñadora que te haga un proyecto llave en mano. En este caso, te recomiendo pedir una pequeña formación al final para que sepas cómo manejar tu web tú misma. Tener autonomía es importante, sobre todo para hacer pequeños cambios sin depender de nadie.
- Cuando ya estás más establecida
Conforme vas teniendo más claro qué ofreces y cómo lo haces, es el momento de ampliar tu web. Cuanto más expliques en tu web, más claro lo tendrá tu cliente ideal cuando te lea. Aquí puedes incluir más detalles sobre tus servicios, sobre ti misma y sobre tu forma de trabajar.
Este trabajo, dependiendo de tu tiempo y recursos, puedes hacerlo tú misma o volver a delegarlo. Si ya tienes más clientes y poco tiempo, puede que prefieras que alguien se encargue de esto por ti. O quizá te das cuenta de que no eres la mejor escribiendo textos de venta, y prefieres que lo haga una profesional.
En resumen, tu web crece y evoluciona contigo. - Cuando necesitas un rediseño
Este punto llega por dos motivos principales:
- Primero, porque tu negocio ha evolucionado y el mensaje ha quedado desfasado. Nosotras evolucionamos como persona. Quizás tus valores han cambiado o ya no te sientes identificada con el mensaje que proyecta tu web.
- Segundo, porque te das cuenta de que tu web no te representa como debería, se ha quedado desfasada. Si no la enseñas con orgullo, si no sientes que tu web refleja lo que eres y lo que ofreces, es hora de un cambio.
Un rediseño puede ser tan profundo como lo necesites. Si tú cambias, tu web debe cambiar contigo.
Conclusión y ejemplo
Invertir en una web no tiene que ser un proyecto enorme. Puedes empezar paso a paso. Yo lo hice desde el día uno con mi web y no me compliqué demasiado al principio. Compré una plantilla de wordpress y puse mi mensaje que básicamente era “hago webs y te hablo de forma cercana” y una foto que me hizo mi madre con una cámara buena (sí, hago webs y me compré una plantilla de wordpress, fue una táctica para no quedarme paralizada eternamente diseñando mi web. En otro capítulo hablaremos de los miedos paralizantes). Poco a poco mi web fue evolucionando conmigo, como lo hacía mi negocio.
Así que te animo a que le eches un vistazo a tu web actual. Si no te encanta lo que ves, o si directamente no tienes web, es hora de ponerse manos a la obra y darle solución. Hazlo por ti, hazlo por tu negocio. adelante!